jueves, 13 de febrero de 2014

Manso y humilde

"Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón"
(Mateo 11:29)


A través de la historia se ha visto las grandes devastaciones que ha provocado el orgullo y la altivez y vemos que tuvo su comienzo en el cielo con un querubín llamado luzbel que se sublevo contra el Dios Todopoderoso por lo cual fue echado de su lugar (Ezequiel 28:13-16).

Solamente por el orgullo grandes naciones se han prendido en guerras innecesarias, familias se han destruido y sobre todo el ser humano se ha negado a aceptar al Salvador del mundo.

Jesús realmente sabía lo que había en el corazón del hombre y es por eso que hizo ese gran desafío no solamente a los que le escuchaban en aquel entonces sino también a nosotros porque la naturaleza del hombre no ha cambiado. Sin esta virtud nunca podríamos hallar descanso para nuestras almas.


Feliz y bendecido día!

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